El peligro de poner a tus rivales políticos en el disparadero es que algún loco se tome el mensaje en serio y acabe por dispararles.
Todos recibimos ayer consternados la noticia de que una congresista demócrata llamada Gabrielle Giffords había sido tiroteada en Tucson (Arizona) cuando realizaba un acto político en la calle. Giffords no ha fallecido, aunque se encuentra en estado crítico tras haber recibido un disparo en la cabeza; pero sí lo han hecho otras seis personas que se encontraban con ella en el acto, entre ellas una niña de 9 años.
Desde hacía tiempo la congresista atacada era blanco de las críticas del sector más ultraconservador del partido republicano norteamericano, el Tea Party. Su nombre aparecía en la red junto al de otros 19 compañeros demócratas que habían votado a favor de la reforma sanitaria. Los nombres se mostraban en un mapa de Estados Unidos plagado de mirillas de rifle que marcaban los estados en los que los mencionados políticos demócratas habían ganado a sus contrincantes republicanos. El lema del mapa era: "Hemos diagnosticado el problema ayúdanos a prescribir la solución”.
Además se ha conocido que el rival de Giffords en las últimas elecciones al Congreso, Jesse Kelly (también vinculado al Tea Party); publicó un anuncio en internet con el texto: “Demos en el blanco para la victoria en noviembre. Ayuda a sacar a Gabrielle Giffords del cargo. Dispara completa una automática M16 con Jesse Kelly”.
Seguro que la intención de los miembros del Tea Party no era que Giffords o los otros congresistas demócratas acabasen siendo tiroteados, de hecho Sarah Palin (una de las impulsoras del movimiento) publicó una nota de condolencia inmediatamente después de conocerse la noticia del ataque. Pero el problema es que cuando alguien se encarga de demonizar a sus rivales, de hacerles dueños de todo lo malo que hay sobre la tierra y lanza mensajes ambiguamente violentos; cuando alguien lleva la tensión política hasta sus últimos extremos, puede haber algún iluminado que se lo tome en serio y crea que la única solución es acabar literalmente con los rivales políticos.
En la política existe disparidad de pareceres, lucha dialéctica y discusiones enconadas. En muchas ocasiones se sube excesivamente la temperatura del debate político, pero nadie debería mandar mensajes que puedan ser interpretados como llamamientos a la violencia.
Nos leemos.
5 comentarios:
Razón tienes Ciudadano,realmente espeluznante.
Pues sí Montse, verdaderamente espeluznante. Hay que tener mucho cuidado.
Nos leemos.
Lo cierto es que, a pesar de que no se le pueda otorgar una responsabilidad objetiva en este tipo de sucesos, el Tea Party es un movimiento que se ha beneficiado de la crisis financiera para exponer unos ideales con matices xenófobos e intolerantes, que provocan en sus seguidores un aumento en su odio hacia los diferentes.
Parece mentira que después de miles de guerras, muchos políticos aún no se hayan dado cuenta de la influencia que pueden llegar a tener sus palabras en los ciudadanos.
Un blog muy interesante, en la línea de la red magenta, te seguiré.
Un saludo.
Hola Will, me alegro de que te guste el blog. Gracias por entrar en él.
Esta claro que no se puede culpar al Tea Party y seguro que no era su intención, pero se deben medir mejor las palabras.
Nos leemos
noticia de la razón de 18 de enero de 2011: la fiscalía de murcia ignoró las amenazas a cargos del pp......
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