29 diciembre 2010

A vueltas con la lengua

La lengua debería ser sólo la herramienta usada por las personas para comunicarse entre ellas, pero algunos nacionalistas la usan como elemento diferencial y arma electoral. En España tenemos varias lenguas cooficiales, pero en la Unión Europea el problema se multiplica y quizás el inglés debería ser declarado el único idioma oficial.


Tras las elecciones catalanas que resultaron con la victoria de CiU, hemos asistido al proceso de investidura de Artur Mas como presidente de la Generalitat. Investidura que se ha logrado con la sorprendente (en parte) abstención del PSC. Parece que una de los asuntos que ha puesto de acuerdo a ambos partidos es el no cumplir la sentencia del Tribunal Supremo sobre el uso del castellano como lengua vehicular en la enseñanza catalana. De nuevo estamos a vueltas con la lengua.

El propósito de una lengua es que los seres humanos podamos comunicarnos los unos con los otros. Cuando dos grupos sociales se encontraban, el aprender cada uno la lengua del otro permitía profundizar en las relaciones, hacía florecer la economía y que ambas sociedades pudiesen prosperar. Muchas lenguas han desaparecido a lo largo de la historia y no porque sus usuarios dejaran de hablar, sino porque empezaban a emplear un idioma distinto que les reportaba mayores ventajas sociales o económicas.

El problema es que los nacionalistas utilizan la lengua como elemento diferencial. Imponen su aprendizaje y coartan la libertad de los ciudadanos no dejándoles elegir la lengua en la que quieren educar a sus hijos o multándoles por usar la otra lengua oficial de su Comunidad. La lengua deja de ser un vehículo y pasa a ser un arma electoral, un instrumento de propaganda nacional.

Muchas veces no es cuestión de ser nacionalista o facha, es cuestión de educación. Normalmente si al comunicarnos con alguien vemos que tiene problemas para expresarse en la nuestra lengua y conocemos la suya, cambiamos inmediatamente de idioma. El uso de una lengua común se hace mucho más evidente si los dos interlocutores conocen un mismo idioma.

Yo he estado en reuniones con personas de diferente procedencia, en las que no había ningún angloparlante y el idioma utilizado ha sido el inglés. Es más, en la empresa donde trabajo todos los documentos se escriben en inglés, incluso aquellos que van a ser utilizados sólo por españoles. Nunca se sabe si tal o cual documento va a ser utilizado en algún proyecto internacional en el futuro.

Porque lo queramos o no, el inglés es el lenguaje de la ciencia, la tecnología, la economía, los negocios e internet. Es el idioma que más personas hablan en el mundo, sea como primera o segunda lengua. En mi opinión el inglés debería ser declarado como lengua oficial de la Unión Europea y debería ser dominada por todos los ciudadanos de la Unión, impulsando más si cabe su enseñanza en todos los países miembros.

Creo que no podemos pretender la construcción de un organismo supranacional – algunos hablan de un país de países – con 23 lenguas oficiales. No es ni práctico ni útil ni económico (simplemente pensemos en lo que nos ahorraríamos en traductores y traducciones). Si tenemos una moneda común y se está trabajando para tener unos organismos (economía, seguridad, defensa, …) comunes; por qué no tener un idioma común. Esta es una medida que no se puede poner en práctica ahora mismo, pero se debería empezar a trabajar para hacerla efectiva en el futuro.

Nos leemos.

3 comentarios:

Alberto D dijo...

Estoy de acuerdo.

Anónimo dijo...

yo creo que seria posicionar a los Estados de Lengua Inglesa por encima de los demás. Que sean las más habladas las oficiales, tal que ahora

Ciudadano Quien dijo...

No se trata de poner en ventaja a ningún estado, se trata de ser prácticos. No es competitivo mantener 23 lenguas oficiales y no digamos los gastos que ello acarrea.
El inglés en la segunda lengua en muchos países y el idioma que normalmente se utiliza en las reuniones internacionales. Por comodidad debería ser la lengua a adoptar. No vamos a ponernos a inventar ahora una lengua o recuperar el esperanto.
Pero vamos, esta es sólo mi opinión.
Nos leemos.