30 octubre 2009

Federalismo, ¿sí o no?

No soy muy dado a reproducir en mi blog escritos de otras personas, pero este artículo de Enrique Calvet Chambon me ha parecido muy interesante y por eso voy a hacer una excepción y lo voy a reproducir íntegramente.

El artículo, que ha sido colgado hoy en la web de UPyD, se titula DE FEDERALISMO “HIC ET NUNC”. El federalismo es un asunto que ha aparecido últimamente dentro de UPyD a raíz de su inclusión en la ponencia política de cara al próximo primer congreso de UPyD. El que parece que es su máximo defensor, Carlos Martínez Gorriarán, ha venido publicando en su blog una serie de artículos sobre las “Ventajas del federalismo” que han sido reproducidos en la Web de UPyD. Parece que el escrito que ha aparecido hoy es una réplica a dichos artículos.

Desde mi punto de vista, el asunto del federalismo en UPyD ha sido como otros muchos temas políticos que saltan a la actualidad general. Puede que en algún momento haya que debatir sobre él, pero los afiliados no lo han pedido y es totalmente innecesario en este momento. El manifiesto fundacional no lo incluía como modelo de estado y muchos no lo echamos de menos a la hora de afiliarnos. Me consta que hay muchas enmiendas contrarias a la presencia del federalismo en la ponencia política de UPyD y que abogan por su eliminación. Yo mismo me adherí a una de esas enmienda realizada por un compañero de CEL. Espero que salga a delante.

DE FEDERALISMO “HIC ET NUNC”
Las líneas que siguen no pretenden hablar de la teoría del federalismo, ni de sus modalidades teóricas ni de la valoración académica de su concepto, ya que considero que el federalismo ha hecho sus pruebas en abundantes ocasiones y lugares, con resultados muy meritorios conocidos. Doy por asumido que el federalismo es una posible organización política de una nación democrática, perfectamente capaz de llevar a la nación a más y mayor prosperidad y material de los ciudadanos. Pero, a mi juicio, el debate político en la España de hoy no es un debate doctrinal sino un debate de oportunidad y de posibilidad real frente a los terribles problemas que enfrentamos.

De lo que voy a debatir es :
1. De la oportunidad de plantear el federalismo para la España (¿Ex-paña?) que tenemos, aquí y ahora.
2. Del acierto de la existencia de un partido que se defina en sus textos fundamentales como defensor de un Estado federal, grabándose ese “corsé ideológico” (para mi opinión) y limitando posibles adaptaciones a las circunstancias del devenir histórico a la hora de defender una u otra forma de Estado.

I/ Premisas
a/ Todos los federalismos que conocemos y que han triunfado, hasta ahora, han sido , o son, resultado de una evolución histórica de conjunción o aunamiento. Sobre todo no recuerdo ninguno que sea fruto de un desguace o de una marcha atrás en los niveles de unidad entre ciudadanos conseguidos. Por ejemplo USA, India, Suiza ( que ha pasado “de facto” de confederación a federación)...Salvo las dos excepciones siguientes:
b/ Existen dos casos en el que el federalismo sucede a un estado unitario:
*Bélgica, sin comentarios
*Alemania, impuesto por los aliados tras el armisticio del 44 para debilitar la nación. Con problemas, en permanente revisión y fruto de una voluntad descarada de debilitamiento, porque evidentemente, el federalismo complica mucho la igualdad de derechos.
c/ Recordemos que algunas federaciones, como Cánada, Suiza o Bélgica, jamás han tenido un idioma común. Jamás.

II/ Tesis que mantengo sobre el federalismo aquí y ahora en España.
a/ Tras el desarrollo desleal y destructivo que ha tenido el título VIII de la Constitución del 78, ( y no me hace ninguna gracia haber sido de los pocos de “izquierdas” que lo predijeron, porque padezco como nadie el resultado) pienso que debemos aprender de la experiencia u que el tema ha de ser evaluado en la realidad sociológica e histórica de España. En estos momentos, nada me hace dudar que, en España, ni se entiende ni se sabe qué es el federalismo, pero que siempre que se cede una uña en el tema, desde los Austrias (España ha sido infinitamente más condescendiente con los separatistas que Francia, por ejemplo), las fuerzas destructivas y centrífugas se toman el brazo y terminan arruinando la convivencia y la prosperidad de la nación. Cómo ahora.
b/ El federalismo, para ser favorable a los ciudadanos, necesita de una actitud absolutamente solidaria y unitaria de los ciudadanos, que trabajen para una unidad de todos, interpretando el federalismo como una técnica de descentralización de la gestión de lo común y de reforzamiento cultural, que no político. Las federaciones que funcionan cara a la prosperidad de sus ciudadanos son en las que nadie duda de la pertenencia a una única nación y patria común. Eso no se da en España, y hay muchas generaciones perdidas con cerebro lavado, por lo que no se dará en mucho tiempo. Es imposible, en España plantear el federalismo sin haber recuperado la organización central de la Educación y haberla aplicado durante veinte años por lo menos. Todos los temas y conceptos esenciales para la convivencia en armonía han sido salvajemente manipulados y prostituidos.
c/ Las fuerzas centrífugas tradicionales que han prostituido el auténtico concepto de federalismo son de dos tipos:
* los separatistas étnicos. Hemos permitido que abunden y destrocen en España
* los caciques locales autonómicos. Ahí tenemos como el PP no es más que un puzzle de taifas autonómicos defendiendo sus localistas intereses, contra los demás y el bien común.
Se aprovecharían indefectiblemente de la situación, como se han aprovechado de la Constitución, para objetivos secesionista unos, insolidarios otros. Hay que conocer la realidad actual de la clase política española.
d/ Es probablemente más difícil hacer comprender y educar sobre federalismo, del que no hay experiencia, que defender la recuperación del fortalecimiento del Estado y de sus competencias, pues los votantes perciben ya el desastre autonómico ( que, además, ya no podemos pagar, técnicamente hablando). Es poco realista defender un sistema nuevo, que jamás se ha impuesto como factor de división, sino como factor de concentración, y que necesita de larga iniciación cultural y educativa.
e/ Se dice, con toda la razón, que el federalismo necesita de la lealtad, fraternidad, solidaridad y sentimiento de unidad de los ciudadanos. Pero si ya tuviéramos esos requisitos previos, ¿A qué este debate?. El problema actual de España no es encontrar un modelo de organización técnicamente eficaz, es desactivar las fuerzas centrífugas. El federalismo, que sería fácilmente desvirtuado, podría, al contrario, darles nuevas armas.
f/ Y “last but not least” el federalismo transforma una comunidad de ciudadanos solidarios con igualdad de derechos, que es lo que fuimos, en una unión de territorios , con establecimiento no sólo para las personas, sino para los territorios. Cuando no hay más remedio, se hace, pero cuando se ha sobrepasado esa fase histórica, no es seguro el beneficio. ¿De verdad uno imagina Francia, Holanda, Polonia, Australia, Chile, Dinamarca...federándose por mejor?
Por lo tanto, defiendo que, en España y ahora, proponer la federalización, además de imposible, puede a un fortímo debilitamiento “de facto” de la sociedad española.

III/ Tesis que mantengo sobre el acierto de que un Partido con vocación de llegar a mucho electorado se defina doctrinalmente como defensor de una España federal
Esta parte, para mí es más práctica y menos de principios, pero es práctica política.
a/Hago notar que, muchas veces, el federalismo del que se habla, inmediatamente necesita de adornos y adjetivos ( baja intensidad, cooperativo...) Eso indica cierta debilidad (“ excusatio non petita.....”) y, si ya era difícil y necesitaba lustros hacer calar los rudimentos del federalismo, imaginemos hacer comprender sutilezas y matices frente a los medios y electores.
b/ De hecho, muchas veces creo percibir que la propuesta del federalismo se asemeja a un acercamiento asaz vergonzante y disimulado de hacer entender lo que de verdad importa a los ciudadanos con plazo inmediato: la recuperación por parte del Estado de competencias y su refortalecimiento. Y eso es necesario de manera urgentísisima y previa a cualquier diseño.....y a la debacle.
c/ Por lo tanto con ese concepto “soft”, creo que se introduciría arena en el engranaje, ruido en el mensaje, y confusión. Con dos amenazas muy serias:
*La manipulación implacable de los medios de comunicación, que resaltarían simplificadamente contradicciones programáticas.
*Desilusionar al electorado (que ni es, ni pretendemos que sea, todo universitario) que puede considerar que los españoles no están ahora para reinventar el mediterráneo, con la que está cayendo, y necesitan mensajes claros de recuperación de su dignidad y unidad. Y pueden pensar que se diluye el único Partido que les quedaba en ese campo.
d/ Además, tomar una posición tan clara como característica intrínseca de la visión estatal de un Partido es una decisión muy importante pero no necesaria. Es como definirse como partido de clase, u obrerista, o católico. Marca para siempre. No es necesario. La definición puede ser más amplia y sin etiquetas, y los futuros programas electorales ya iran perfilando y adaptando.

IV/ Conclusión
Creo con todo respeto y a nivel subjetivo que es un peligro, primero, y un error después, crear un partido que determine, en sus cimientos fundacionales, que luchará por una España federal.
Tampoco se trata de defender un Estado unitario, , aquí y ahora,. Mi opinión es que basta decir, en dos líneas, que se defiende la recuperación de un Estado fuerte y con las competencias indiscutibles y aprovechadoras de las economías de escala para realizar políticas de solidaridad, igualdad de derechos y libertad, prosperidad y convivencia óptima de los ciudadanos españoles. Eso sí es un arco toral que puede sostener larguísimo tiempo un Partido.

Enrique Calvet Chambon.
Nos leemos

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero ¿está oculto o retirado a la web de la territorial de Madri?

Anónimo dijo...

Yo he visto un artículo en la web de UPyD en Madrid acerca del Estado Fereral y el Estado unitario descentralizado