Me cuentan que esta semana se ha aprobado en el Congreso de los Diputados un Proyecto de Ley por que se modifica una ley de Navegación Aérea. No voy a escribir sobre el proyecto de ley (del que por otro lado tendría mucho que decirse), si no de su aprobación; que supone un claro ejemplo de en qué se ha convertido la política española.
Al Proyecto de Ley se presentaron 4 enmiendas a la totalidad, una de Unión Progreso y Democracia y otras tres de tres partidos nacionalistas (creo que ERC, PNV y ICV). El proyecto de ley iba sobre el aeropuerto de Barajas, así que ya me dirán ustedes que tienen que ver con él tres partidos cuyo ámbito de actuación se limita a regiones muy alejadas del aeropuerto madrileño.
Pues bien, el día antes de su votación en el Congreso se habían retirado tres de las enmiendas. ¿Adivinan de quién? Pues sí, de los tres partidos nacionalistas. El PSOE se acercó a la portavoz de UPyD, Rosa Díez, para decirle que con ella no podía hacer nada, porque no tenía nada que ofrecerle. ¿No es increíble?
Es decir, que da la impresión de que los tres partidos nacionalistas simplemente habían presentado su enmienda para sacar tajada para sus respectivas comunidades, no porque creyeran que el proyecto de ley era malo, sino para que el partido en el Gobierno les ofreciera algo a cambio de retirarla.
Para esto ha quedado la política española y los políticos españoles. Nuestro sistema político ha llegado al punto en que los representantes del pueblo se dedican a mercadear con las leyes. No las aprueban o rechazan en función de su bondad o acierto, sino en función de lo que se les dé.
En fin. Parece que hay un pequeño atisbo de esperanza. Un pequeño partido al que esto asquea y que quiere cambiar: UPyD. Podríamos empezar por la reforma de la ley electoral que permite que partidos nacionalistas con muy pocos votos globales puedan negociar sus apoyos a cambio de beneficios para sus regiones.
Nos leemos.
